miércoles, enero 24, 2007

La libertad de circular de los artistas es una libertad fundamental

¡Llamémoslo Ahmed... no, mejor Mamadou!

Podría ser también Angelina... Tienen unas voces maravillosas, son artistas conocidos o desconocidos, y respetados en sus países. El organizador de un festival en Bretaña... o en Lorraine... lo(a) ha invitado a una festival de primavera de este lado del planeta. Todo está listo: todos los documentos administrativos han sido entregados. Pero Mamadou ? o Angelina ? no vienen. No los escucharemos. No se les ha otorgado la visa. ¿Por qué ? Porque la legislación laboral, el Ministerio de la Cultura, el Embajador, y hasta la policía en las fronteras, no cuentan ante el poder del Ministerio del Interior.

Hay que saber, en efecto, que en cada consulado, un funcionario de ese Ministerio tiene la última palabra sobre toda entrada a Francia o a Europa.

Ahora bien, esos incidentes son cada vez más frecuentes. Tienen implicaciones sobre todas las programaciones que contemplan uno o varios artistas provenientes de países no europeos.

Nosotros, profesionales y público, sufrimos cada vez más la arbitrariedad de algunas decisiones infundadas, contrarias a los compromisos laborales, a las políticas de intercambio cultural de las colectividades territoriales, y contrarias a las decisiones de diferentes servicios del Estado (subsidios del Ministerio de la Cultura, de Asuntos Exteriores...). Así, tenemos el deber de dar a conocer al mayor número de personas sobre esta situación: rechazo de visas, bloqueos administrativos de última hora, retenciones en centros de retención y regresos manu militari a sus países. Esta es la situación que sufren un número cada vez más grande de artistas de países no europeos.

Nosotros queremos las músicas del mundo entero, y nos gustaría escuchar la voz de un poeta del sur, nos gustaría ofrecer nuestra hospitalidad, por algunas semanas, a una tropa de teatro, a artistas plásticos, a bailarines provenientes de Asia, de Africa, de Europa del Este, de América Latina, queremos trabajar con ellos...

Y creemos que podemos escucharlos y verlos: algunos de ellos están en cartelera. Pero esa diversidad es ilusoria.

Constatamos que esas prácticas policiacas, discriminatorias, ilógicas, contaminan la realización de proyectos artísticos y conllevan a una forma de censura insidiosa porque es autointegrada por los programadores, artistas...

Nos alarmamos por el anuncio de una política de inmigración selectiva, únicamente inscrita dentro de una lógica de explotación de los pobres por los ricos, muy lejos de la ayuda para el desarrollo (incluido el cultural) que numerosos países reclaman con razón.

Por esto, somos solidarios y deliberadamente nos reunimos en el seno de un colectivo "Schengen Opera" para dar a conocer estos hechos y llamar a todas las personas y a todos los colectivos que se sientan implicados, a que firmen nuestra petición.

Hacemos un llamado a todas las personas, partidos políticos, instituciones internacionales, representaciones profesionales, organisaciones no guberamentales, medios de comunicación, todos implicados, a pedir con nosotros:
- el respeto por parte de la administración de las normas existentes;
- el esclarecimiento y la armonización a nivel europeo de las reglas de atribución de visas a los artistas no europeos;
- la cesación inmediata de las "reconducciones a las fronteras" de los artistas no europeos, a pesar de poseer contratos que los comprometen con un empleador cultural de nuestro continente;
- la implementación urgente de plataformas de discusión abiertas con todos los servicios de los Estados implicados, buscando el sometimiento de reglas transparentes, negociadas y democráticas a los parlamentos nacionales y europeo.

La libertad de circular de los artistas es una libertad fundamental

Colectivo Schengen Opera, 1st may 2006

Firmas


Schengen Opera
schengenopera@free.fr

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